La balalaika, con su característico cuerpo triangular u ovalado y de tres a seis cuerdas, es uno de los instrumentos más importantes de la música folclórica rusa y bielorrusa. Este instrumento de cuerda es famoso por sus características técnicas de interpretación, especialmente el traqueteo y el trémolo, en el que todas las cuerdas se golpean simultáneamente con el dedo índice.
Nombre y origen
Existen varias teorías sobre el origen del nombre "balalaika". Según una teoría de A. N. Chudinov (en su "Diccionario de palabras extranjeras que han entrado en la lengua rusa", 1910) y A. D. Mikhelson, la palabra podría tener raíces turcas.
Podría derivar de "bala" (niño, niña), aunque la estructura fonética favorece un préstamo turco: armonía vocálica, repetición de la misma vocal típica del ruso en palabras como "zapato", "balada" o "balagan".
Otra teoría supone un origen protoeslavo del nombre. La raíz de la palabra "balalaika" o "balabayka" ha despertado desde hace tiempo el interés de los investigadores. Sospechan que existe una relación con términos rusos como "balakat'", "balabonin", "balabolil" y "balagurir", todos ellos relacionados con una charla sin sentido o insignificante.
Estas asociaciones transmiten la esencia de la balalaika como instrumento de ligereza y placer, que sirve más para el entretenimiento desenfadado que para la interpretación musical seria. Esta interpretación de la balalaika refleja su papel como instrumento folclórico profundamente arraigado en la cultura rusa y cuyos sonidos reflejan la alegría y la ligereza de la vida.
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Historia
Los orígenes de la balalaika son misteriosos, pero se cree que este instrumento se inventó hacia finales del siglo XVII. Originalmente, la balalaika era un instrumento largo, de dos o tres cuerdas, de 27 cm de largo y 18 cm de ancho, con un mástil cuatro veces más largo.
Debemos la forma moderna de la balalaika al músico y pedagogo Vasili Andréyev y a los artesanos V. V. Ivanov, F. S. Paserbsky, S. I. Nalimov y otros.En 1883, empezaron a perfeccionar el instrumento. Andreyev propuso fabricar la balalaika con tapa de abeto y fondo de haya y acortar su longitud a 600-700 mm.
Esta balalaika revisada, fabricada por F. Paserbsky y su familia en varios tamaños -piccolo, prima, contralto, tenor, bajo, contrabajo- se convirtió en la piedra angular de la orquesta popular rusa.
La balalaika se convirtió en un instrumento versátil que se utilizaba como instrumento solista, de concierto, de conjunto y orquestal. Andreyev fundó el primer círculo de entusiastas de la balalaika en 1887. Al año siguiente, este círculo dio su primer concierto en San Petersburgo, que se considera el nacimiento de la Orquesta Rusa de Instrumentos Populares.
La primera mención documentada de la balalaika se remonta a 1688, cuando un informe del Streletsky Prikaz al Malorossiysky Prikaz menciona cómo un granjero y su hijo causaron sensación en Moscú con una balalaika. Otra mención se encuentra en un informe sobre una reyerta en 1700. En 1714, los bufones tocaron balalaikas en las celebraciones de la boda del bufón N. M. Zotov en San Petersburgo, lo que subraya su popularidad.
En 1719, la balalaika se menciona en un documento del monasterio de Alexander Svirsky, en el que se reprende a los empleados por su comportamiento inadecuado, que incluía tocar balalaikas. Estos y otros instrumentos fueron confiscados y destruidos públicamente.
Curiosamente, se dice que Pedro I conocía el sonido de la balalaika desde su juventud. A finales del siglo XVIII, el instrumento se introdujo en la alta literatura, por ejemplo en el poema "Elysei" de V. I. Maykov de 1771.
La balalaika también apareció en la cultura ucraniana, mencionada por primera vez en anotaciones de diarios de principios del siglo XVIII. En aquella época, solía construirse con dos cuerdas, como describe Nikolai Gogol en "Almas muertas". El instrumento sufrió diversas adaptaciones a lo largo de los años, incluidas variantes de cuatro cuerdas, pero Vladimir Dahl todavía informaba de modelos con dos o tres cuerdas en la década de 1860.
Esta reflexión histórica demuestra que la balalaika no es sólo un instrumento, sino un símbolo de la cultura y la historia rusas que ha evolucionado y se ha adaptado a lo largo de los siglos para conservar su sonido y carácter distintivos.
Construcción
Originalmente muy extendida en los pueblos rusos, era un instrumento de dos o tres cuerdas con un cuerpo triangular u ovalado y una cabeza larga, ligeramente curvada hacia atrás y en forma de pala, cuya longitud total oscilaba entre 60 y 70 cm. Algunos investigadores sospechan que el cuerpo de la balalaika era originalmente redondo, lo que apunta a una tradición aún más antigua.
El desarrollo de la balalaika dio un giro decisivo a finales del siglo XIX, cuando F. S. Paserbsky empezó a construir balalaikas de tres tamaños diferentes. La balalaika rusa moderna abarca desde la balalaika prima, con una longitud de 60-70 cm, hasta la impresionante balalaika de contrabajo, que mide hasta 1,7 metros. El cuerpo triangular (a veces ovalado) está ligeramente curvado y consta de varios segmentos (5-7).
La cabeza del diapasón está característicamente doblada hacia atrás. Aunque en el siglo XVIII las cuerdas eran de tripa, hoy en día suelen ser de metal, y en las balalaikas modernas suelen ser de nailon o fibra de carbono. En el diapasón de una balalaika moderna hay entre 16 y 31 trastes metálicos, un aumento significativo en comparación con los 5-7 trastes del siglo XIX.
La versión ucraniana de la balalaika, conocida por su versión de cuatro o seis cuerdas, tiene otras adaptaciones creativas. En la balalaika de cuatro cuerdas, la primera cuerda es doble, mientras que en la de seis cuerdas, todas las cuerdas están emparejadas, normalmente en cuartas. Una forma especial de la balalaika de cuatro cuerdas, que se utilizaba en el siglo XIX en la provincia de Poltava, se caracterizaba por una afinación de quinta a cuarta.
Esta evolución refleja la diversidad cultural y los profundos cambios que ha experimentado la balalaika a lo largo del tiempo y pone de relieve su papel como instrumento versátil y popular en la tradición musical rusa y ucraniana.
¿Cómo suena una balalaika?
El sonido de la balalaika es inconfundible y característico. Se puede describir de la siguiente manera:
- Sonido brillante y claro: La balalaika produce un sonido brillante y claro que a menudo se describe como vivo y penetrante. Esto es especialmente cierto en los modelos más altos, como la balalaika Prima.
- Resonancia y volumen: Debido a su construcción -especialmente el cuerpo triangular-, la balalaika tiene una buena resonancia. El sonido puede variar de delicado y suave a potente y voluminoso, según el tamaño del instrumento y el estilo de interpretación.
- Técnicas de tocar únicas: Técnicas de interpretación características como el trémolo (golpeteo rápido de las cuerdas con el dedo índice) confieren a la balalaika un sonido vivo y rítmico. Se utiliza a menudo en la música tradicional rusa.
Pero, por supuesto, lo mejor es escuchar la balalaika en directo. Aquí tienes un magnífico vídeo en el que podrás escuchar todos los aspectos sonoros de la balalaika:
Afinación de cuerdas: de la diversidad tradicional a la normalización académica
La afinación de la balalaika ha cambiado considerablemente a lo largo de su historia. Antes de que Vasili Andreyev desarrollara la balalaika como instrumento de concierto a finales del siglo XIX, no existía una afinación fija y generalmente reconocida. Cada músico afinaba su instrumento individualmente, en función de su estilo de interpretación, las características de la música interpretada y las tradiciones locales.
La afinación introducida por Andreyev -dos cuerdas en la nota "Mi" y una cuerda una cuarta más arriba en la nota "La" (ambas en la primera octava)- fue ampliamente utilizada por los intérpretes de balalaika de concierto y se conoció como afinación "académica". Otra afinación, la llamada "popular", coloca la primera cuerda en Sol, la segunda en Mi y la tercera en Do, basándose en la tríada mayor de Do.
Esta afinación facilita la ejecución de acordes, pero tiene el inconveniente de que es más difícil de tocar en cuerdas al aire. También existen numerosas tradiciones regionales de afinación, que incluyen hasta dos docenas de variantes locales poco comunes.
La afinación estándar de la balalaika prima es unísono de cuarta: la secuencia tonal Mi-Mi-La, con intervalos de prima pura y cuarta, comienza en Mi de la primera octava. La balalaika secunda se afina una quinta por debajo de la balalaika prima y la balalaika alto una octava por debajo. El rango de la balalaika prima con 24 trastes abarca dos octavas completas y cinco semitonos: desde mi en la primera octava hasta la en la tercera octava.
Otra variante de afinación, la tertziana, se basa en la tríada mayor (Do-Mi-Sol o Re-Fa sostenido-La), mientras que la balalaika bajo y contrabajo suelen tener una cuarta cuerda pura (Mi-La-Re), similar a la afinación de la domra de tres cuerdas. El rango de la balalaika bajo con 15 trastes abarca dos octavas completas y un semitono: desde mi en la octava mayor hasta fa en la primera octava.
Esta variedad de afinaciones pone de relieve la flexibilidad y adaptabilidad de la balalaika, que le permite abarcar un amplio espectro de estilos y tradiciones musicales.
Cómo afinar la balalaika
Comprueba primero la posición correcta del soporte en el diapasón: La misma cuerda vacía y una cuerda sujeta en el traste XII deben sonar con una octava de diferencia. Si el sonido es más grave en el traste XII, se desplaza el soporte hacia el diapasón (acortando la parte de trabajo de la cuerda), si es más agudo - viceversa. Las tres cuerdas se comprueban de este modo.
La primera cuerda de la prima balalaika es la cuerda de referencia a partir de la cual comienza la afinación de la cuarta cuerda al unísono. Se afina según la afinación La del piano o del acordeón. La segunda cuerda se afina formando una cuarta perfecta con la primera cuerda. Como este intervalo comprende 5 semitonos, la segunda cuerda se sujeta en el 5º traste y se afina al unísono con la primera cuerda. La tercera cuerda se afina al unísono con la segunda.
Variantes de la balalaika
En la orquesta moderna de instrumentos populares rusos se utilizan cinco tipos de balalaikas: prima, secunda, contralto, bajo y contrabajo. De ellos, sólo la prima es un instrumento solista, mientras que los demás tienen funciones puramente orquestales: La secunda y la contralto realizan el acompañamiento de acordes, mientras que el bajo y el contrabajo asumen la función de bajo.
Las balalaikas contralto y contrabajo suenan una octava más baja que la notación escrita en la partitura.
Balalaika | Afinar las cuerdas | Alcance | Longitud (mm) | Estilo de juego |
---|---|---|---|---|
Prima (balalaika de concierto) | mi (e)1, e1, a1 | mi (e)1 a e4 | 675-685 | Dedo índice |
Secunda | a, a, d1 | a a f2 | 745-765 | Pulgar, índice |
Alto | e, e, a | e a c2 | 800-820 | Pulgar, índice |
bajo | E, A, d | Mi a sol sostenido | 1120-1160 | Plectro |
Contrabajo, Subcontrabajo | Mi1, A1, D | Mi1 a b | 1600-1700 | Plectro |
Importancia cultural
La balalaika, profundamente arraigada en la cultura rusa, se convirtió en parte integrante del folclore a principios del siglo XVIII. Su presencia en la literatura está documentada desde la década de 1770, cuando apareció en las obras de poetas rusos como V. I. Maykov, A. O. Ablesimov y G. R. Derzhavin. Ablesimov y G. R. Derzhavin. A finales del siglo XIX, su imagen pasó de ser un instrumento puramente musical a un símbolo de la nación rusa.
La balalaica estaba muy extendida entre los skomoroch (músicos ambulantes rusos) y los pastores, que solían disponer de más tiempo libre. Los campesinos, en cambio, eran en su mayoría indiferentes o incluso hostiles a la música: Refranes como "La balalaika no toca, arruina" o "La balalaika hudok ha arruinado toda la casa" reflejan esta actitud.
Sin embargo, los campesinos se aficionaron a la balalaika en tiempos tranquilos. A menudo invertían sumas considerables en el instrumento, como la cita "Si Dios quiere, el padre venderá la granja y comprará una balalaika" de los "Cuadros de coreografía popular rusa" de K. Ya. Goleizovsky. De un intérprete de balalaika con talento se decía: "Nuestro Semyon nació con una balalaika".
La balalaika no era sólo un instrumento musical, sino también un elemento central de adivinanzas, rimas infantiles y canciones populares. Inspiraba frases y adivinanzas que reflejaban su forma y timbre, y desempeñaba un papel en los juegos en los que los niños elegían un líder. Las palabras "tsintsy-bryntsy" imitaban el sonido de una balalaika, y "bryntsy" aludía al toque de las cuerdas.
Cabe destacar especialmente la importancia de la balalaika para la tradición de la canción rusa. Contribuyó significativamente a dar forma a las melodías y a consolidar la tradición. Cantar canciones populares con la balalaika, a la que el poeta I. Kobtsev se refería cariñosamente como "campana de tres cuerdas", era una de las formas más populares de la música folclórica. Así pues, la balalaika refleja no sólo la profundidad musical, sino también cultural y emocional del pueblo ruso.
Uso generalizado en todo el mundo
La balalaika, antaño símbolo de la música folclórica rusa, se ha convertido en un instrumento musical muy utilizado en la enseñanza académica. En Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Kazajstán, forma parte integrante de las clases de las escuelas de música.
La duración de las clases de balalaika varía en función del centro educativo y de la edad de los alumnos. En las escuelas de música infantiles, la formación suele durar de 5 a 7 años. En los institutos de enseñanza secundaria, el instrumento se enseña durante 4 años, y en las universidades, de 4 a 5 años.
El repertorio que aprenden los alumnos es variado e incluye arreglos de canciones populares, obras clásicas y composiciones originales. Esta variedad permite a los estudiantes no sólo aprender las habilidades técnicas necesarias para tocar el instrumento, sino también desarrollar una profunda comprensión de la importancia cultural y el desarrollo histórico de la balalaika.
Este reconocimiento institucional y la integración de la balalaika en la educación musical ponen de relieve su continua importancia en el panorama musical contemporáneo y, al mismo tiempo, preservan su rica tradición como elemento esencial de la cultura musical de estos países.